El cooperativismo: el origen de la DO Ribera del Duero
La tradición vitivinícola en la comarca de la Ribera del Duero tiene su origen en el periodo romano, aunque se sabe que los vacceos, pobladores anteriores a los romanos, ya consumían vino, aunque no se conoce con exactitud si también lo producían. De esta manera, el vino ha estado presente y evolucionando en la comarca raudense durante siglos. Pero, ¿cómo ha sido este viaje y qué papel han jugado las cooperativas en la creación de la actual DO Ribera del Duero?
Origen de la DO Ribera del Duero y el papel de las cooperativas
En los años 70 del siglo XX era más rentable cultivar remolacha y cereal que viñas por la dedicación que eras requerían. Por eso, muchos agricultores estaban arrancando el viñedo para tener mayor margen de beneficio, excepto unos pocos que quisieron seguir la tradición de sus mayores en la Ribera. Estos decidieron agruparse y formar cooperativas.
De esta manera, podría decirse que la denominación Ribera del Duero fue impulsada por el entorno rural que vivía del viñedo y era conscientes del potencial de la uva que cultivaban. Ellos removieron cielo y tierra para conseguir reunirse con quienes hicieran una realidad su proyecto y pasar de la elaboración para autoconsumo familiar, a un modelo cooperativista y, más tarde, a un organismo autorregulado como lo es actualmente el Consejo Regulador.
Será en 1975 se dé un paso al frente al solicitar la creación de la Denominación de Origen Ribera del Duero en un contexto de recesión económica. Entonces, un 85% del vino que se elaboraba era en cooperativas, por eso se celebraron reuniones con las 31 agrupaciones que existían en ese momento. El proyecto se afianzó en 1976 durante la Semana del Vino de la Ribera. Hicieron falta muchos encuentros para acordar la creación de una DO formada por localidades de cuatro provincias unidas por el río Duero, dando origen a lo que es 40 años más tarde, Ribera del Duero.
La prensa ha recordado este surgimiento como algo “casi romántico, heroico y un poco temerario”. Pero si algo tenemos claro ahora es que quienes en un inicio solo pretendían proteger sus viñas, ahora han contribuido a crear una DO que vende más de cien millones de botellas por todo el mundo.
Fruto de la apuesta en firme que realizaron los agricultores, este año el Consejo Regulador entrega el Premio Herencia Ribera a todo el movimiento cooperativista en reconociendo a su labor y trabajo.